Hoy estamos deseando compartir con vosotros un pellizco de la historia de La Molina, que está muy estrechamente relacionada con la historia de Hotel Adserá. Esperamos que resulte de vuestro agrado.
Los primeros esquiadores en La Molina de los que existe constancia son del año 1908, tal y como aparece en el Boletín del Centro Excursionista de Cataluña (CEC). Pese a ello, aún falta mucho camino por recorrer antes de que La Molina fuera un lugar tan conocido como ahora, y aún quedaban largos años para que la afluencia de gente se incrementase. De hecho, hasta el 1923-1924 no comenzaron a llegar esquiadores en grandes cantidades, y todo fue gracias a la llegada del primer tren el año anterior, el 1922.
También fue entonces cuando se descubrieron las pistas de Fontcanaleta: « unas extensiones suaves, sin árboles y llenas de nieve », describieron los pioneros que se alejaron de la estación de tren, atravesando el bosque de la Perdiu. La fama que obtuvieron las pistas de Fontcanaleta provocó que en febrero de ese mismo año se celebraran las primeras cursas de esquí: los « X Concursos d’Esports d’Hivern » y el Campeonato de Cataluña.
Pero La Molina debe gran parte de su historia El Chalet del CEC que se inauguró en diciembre del 1925, y se convirtió así en el primer alojamiento de la estación. Fue entonces cuando Pere Adserà Tomàs y su familia llegaron a La Molina con el propósito de instalarse en El Chalet y regentarlo.
Pere Adserà comenzó su nuevo como primer hotelero de La Molina con tanto afecto y afección que, junto con el CEC, se emprendieron pronto mejoras y ampliaciones de El Chalet de La Molina. Hay que destacar que en aquellos años, en La Molina, no había luz, teléfono o red de agua, ni tan solo había una carretera transitable, así que todo lo que se consiguió fue con gran lucha e insistencia.
Pero la lucha no fue en vano, y el año 1934 Pere Adserà construyó el primer edificio de ampliación de El Chalet, que con el paso del tiempo se acabaría convirtiendo en Hotel Adserà.
Del año 1936 al 1939, durante la guerra, Pere Adserà y su familia permanecieron en La Molina. En El Chalet se alojaron las Brigadas Alpinas y, más adelante, las colonias infantiles.
Una vez finalizada la guerra en el año 1939, Pere Adserà volvió a la carga, retomando la actividad de La Molina. Entre el periodo de 1942 al 1957 se dedicó a construir la primera conducción de agua hasta la Molina. Construyó también cuatro edificios nuevos, de los cuales uno fue la Clínica Deportiva Samaranch, otro el edificio Maina y ampliaciones del propio Hotel Adserà.
También colaboró con los clubs de Terrassa y Sabadell para que construyan su propio hotel, que posteriormente gestionó durante unos años. Y también alquiló por un tiempo unos anexos al Club de Tenis Barcino para que pudieran construir su propio edificio.
El 28 de febrero del 1943 se estrenó en las pistas de Fontcanaleta el primer telesilla de España, algo increíblemente sorprendente e innovador para la época. Pere Adserà partició en dicho estreno con las adquisiciones de las acciones emitidas para sufragar los gastos de la construcción del telesilla.
En el año 1954 se produjo una gran expansión del área esquiable cuando se fabricó un telesillas de dos plazas que llegaba hasta el Puig d’Alp. En la cima se construyó el refugió Niu de l’Àliga, con servicios de restaurante y bar, y con una gran terraza.
A finales de los cincuenta La Molina ya tenía diez teleesquís y dos telesillas. En solamente quince años (1955 – 1970), La Molina se había convertido en un referente del mundo del esquí en España.
Actualmente, en La Molina podéis encontrar todos los servicios de una gran estación en un entorno natural incomparable, y los descendientes de uno de los pioneros responsables del crecimiento de La Molina, Pere Adserà, seguimos aquí para poder disfrutar con vosotros de una experiencia inolvidable.
Hotel Adserà y La Molina siguen haciendo historia. ¿Te la vas a perder?